El conocimiento de Jesucristo es un conocimiento fundamental…

Por John Flavel (c. 1630-1691) [1]

(1) Es fundamental para toda gracia.

Todas empiezan con el conocimiento: El hombre “se va renovando hasta el conocimiento pleno” (Col. 3:10). La nueva creación, al igual que la antigua, comienza con la luz: abrir los ojos es la primera obra del Espíritu. Y al igual que los comienzos de la gracia, todas las mejoras posteriores dependen de este aumento de conocimiento: “Creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Ped. 3:18). Notemos cómo ambos —gracia y conocimiento— actúan a una en el alma del cristiano, en la medida que aumenta uno, aumenta el otro.

(2) El conocimiento de Cristo es fundamental para todo deber.

Los deberes, al igual que las gracias de todos los cristianos se fundamentan en el conocimiento de Cristo. El cristiano, ¿debe creer? Nunca podrá hacerlo sin conocer a Cristo. La fe depende tanto de su conocimiento, que es identificado por eso: “Por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos” (Isa. 53:11); por lo tanto, ver y creer se convierten en una misma cosa (Juan 6:40). ¿Quiere el hombre poner en práctica su esperanza en Dios? Nunca podrá hacerlo sin conocer a Cristo porque él es el autor de la esperanza (1 Ped. 1:3). Es también su objeto (Heb. 6:19), su base y apoyo (Col. 1:27). Y así como no podemos creer ni tener esperanza, tampoco podemos orar aceptablemente sin tener un grado fehaciente de este conocimiento… La manera apropiada de conversar con Dios y disfrutar de él en oración es por fe en él a través de un Mediador… ¡Oh entonces, qué indispensable es el conocimiento de Cristo para todos los que quieren dirigirse a Dios en cualquier deber!

(3) Es fundamental para toda consolación.

Toda consolación del creyente procede de esta fuente. Jesucristo es el objeto mismo del gozo del creyente: nuestro regocijo es en “Cristo Jesús” (Fil. 3:3). Sin el conocimiento de Cristo, los cristianos son las criaturas más tristes y deprimidas del mundo. Pero, manifiéstese Cristo y lance los rayos de su luz en sus almas, y les hará besar las estaca [en que cuelgan], cantar en la hoguera y gritar cuando está moribundos, cual hombres que se reparten un botín.

(4) Este conocimiento es fundamental para la felicidad eterna de las almas.

Como no podemos cumplir ningún deber, disfrutar de ningún confort sin él, tampoco podemos ser salvos sin él. “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3). Y, si conocer a Cristo es vida eterna, entonces es condenación eterna no conocerlo. Así como Cristo es la puerta que da acceso al cielo, el conocimiento es la llave que da acceso a Cristo… Por lo tanto, vemos cuan fundamental es el conocimiento de Cristo: [es] imprescindible para todas las gracias, los deberes, las consolaciones y la felicidad de las almas.


[1] Extracto de “No hay doctrina más excelente”, de John Flavel. Cortesía de Portavoz de la Gracia, “La Obra de Cristo #15s” (Chapel Library).
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