La creación del universo

Serie: Dogmática Escritural, Dios y Su creación.

La creación y la fe

Luego de haber visto, contemplado y ser maravillados a la luz de la Escritura sobre cuán grande es nuestro Dios, Su Ser, Sus características, Sus perfecciones, Su vida pactual y Sus decretos, ahora nos toca hablar de Sus obras fuera de sí mismo, es decir, las obras de Su creación.

La primera pregunta que tenemos por delante en el día de hoy es la siguiente, ¿Cuál fue la primera obra de Dios en el tiempo? Génesis 1:1 nos dice que; “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.”  En nuestra confesión de fe leemos;

“Creemos, que el Padre, por su Verbo, es decir, por su Hijo, ha creado de la nada el cielo, la tierra, y todas las criaturas, cuando a Él le pareció bien, dando a cada criatura su ser, figura y forma, y distintos oficios para servir a su Creador. Que Él también ahora las mantiene y gobierna a todas según su providencia eterna y por su poder infinito, para que sirvan al hombre, a fin de que éste sirva a su Dios.” (Confesión de fe Belga, artículo 12). 

De esto surge la siguiente pregunta, ¿Qué entendemos con crear? Bien podemos decir que es ese acto de la voluntad de Dios por el cual y por el poder de Su Palabra; llama a la existencia en distinción de Sí mismo las cosas que estaban en Su consejo eterno. Eso lo leemos en los siguientes textos Bíblicos;

En Hebreos 11:3 leemos; “Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.” En Jeremías 10:12 se encuentra la misma idea; “El que hizo la tierra con su poder, el que puso en orden el mundo con su saber, y extendió los cielos con su sabiduría” Y ya que habla de la sabiduría de Dios, en Juan capítulo uno sabemos que por el Logos de Dios, “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” Por lo tanto, concluimos con el Salmista; “Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca.” (Salmo 33:6).

De este modo vemos que la creación en sí es el producto de la Omnipotencia de Dios, totalmente distinta al Ser de Dios, llamada a la existencia por Su Palabra viva según Su consejo eterno, creada por Su voluntad Soberana.