La Omnitemporalidad de Dios: Dios y el tiempo

Por Joel R. Parkinson

¿Qué edad tiene Dios? Una repuesta popular es decir que Dios es infinitamente viejo. Sin embargo eso es incorrecto. Dios no tiene una edad como tal, ni siquiera una infinita edad. ¿Qué hora es para Dios? Hay 24 zonas de tiempo en el mundo. ¿En cuál de ellas Dios mora? El especificar una hora exacta es malentender como Dios es. Un ateo, sin duda, explotaría tal acertijo en relación a Dios y el tiempo y afirmaría que Dios no puede existir. Algunos creyentes puedan desechar tales preguntas y considerarlas como esotéricas o trilladas.  No obstante, la relación de Dios con el tiempo es un problema teológico importante que los cristianos han  luchado desde los días tempranos de la iglesia primitiva.

Por un lado están los que defienden que Dios es atemporal o sin tiempo. Según esta postura Dios existe fuera del tiempo en un “eterno ahora” que no tiene duración, no pasado, no futuro. Todo es comprendido por Dios en un solo momento o inmutable presente. Entre aquellos quienes tienen esta postura están Agustín, Boecio, Anselmo, Tomas Aquino, Charles Hodge, Karl Barth, Emil Brunner y Gordon H. Clark. (Juan Calvino pudo tener una postura así pero parece ser que él no trató directamente este tema). Estos hombres son un intervalo de Roma a Neo-ortodoxos a solidos pensadores Reformados.

Los más notables entre estos son probablemente Agustín y Boecio. Agustín (354-430) argumentaba que Dios es atemporal porque eso es lo lógico en conclusión considerando Sus atributos. Por ejemplo, si Dios es omnisciente y sabe toda las cosas, luego Él nunca aprende nada y Su conocimiento es atemporal e inmutable.  Diferente a Agustín, Boecio (c. 480-c.524) creía que el hombre tiene libre albedrio el cual no es determinado por la predestinación de Dios. Así que ¿Cómo podía Dios conocer de antemano las elecciones del libre albedrio? Boecio hacia una hipótesis en la cual Dios estaba de pie fuera del tiempo, por decirlo así, y no podía entonces “ver” todo lo que pasa en el pasado, presente, y futuro de un solo golpe o vista.  Dios podría conocer de antemano el futuro porque el futuro se presenta inmediatamente a Él.

Para aquellos de nosotros que somos calvinistas, este rompecabezas que Boecio luchaba en resolver en realidad no es un rompecabezas. El hombre no tiene libre albedrio en el sentido arminiano  de que la voluntad sea capaz por si misma de cambiar independientemente de Dios. Dios conoce de antemano lo que Él pre-ordenó (Salmo 139:16, Isaías 46:10-11, 48:3) y Dios pre-ordeno todo según el propósito de aquel que obra todas las cosas conforme al consejo de su voluntad (Efesios 1:11). Por lo tanto, Dios conoce todo de antemano sí o no Él sea atemporal.  Agustín estaba en un suelo más sólido al concluir que Dios es atemporal por Sus atributos más bien que especular como Boecio hizo. Como vemos, Agustín y Boecio ilustran muy bien como diferentes teologías pueden abrazar la idea de lo atemporal de Dios de diferentes maneras.

Por el otro lado de la pregunta histórica están aquellos que afirman que Dios es temporal. Según ellos Dios está ligado en el tiempo como el resto de nosotros y Él igualmente experimenta localidad y duración en el tiempo. Ellos piensan que Dios debe de estar en el tiempo con el fin de responder oraciones e intervenir en el tiempo con Su providencia. Teístas del proceso como Alfred North Whitehead’s (1861–1947) y  Charles Hartshorne (1897–2000) y sus seguidores radicales caen en este campo. Ellos creen que Dios  “se procesa” o se envuelve con el mundo que ha creado, y por consiguiente se mueve a través del tiempo como el resto de nosotros.   Los teístas abiertos son también radicales en este campo. Comenzando con la premisa que el hombre tiene libre albedrio,  los teístas abiertos como Richard Rice [1], y Clark Pinnock [2] infieren que Dios –quien supuestamente no puede controlar lo que el hombre puede escoger- no puede conocer de antemano el futuro por el libre albedrio del hombre. Por lo tanto, el futuro está “abierto” para que sea lo que el hombre quiera que sea, y los resultados particulares ni son pre-ordenados ni conocidos de antemano por Dios.

Algo más “evangélico” son los filósofos como Nelson Pike [3], Stephen Davis [4] y Tomas V. Morris [5] quienes optan por una postura temporal de Dios, incluso si ellos rechazan algo de los extremos heréticos del teísmo del proceso y del teísmo abierto. Tanto como la postura atemporal  la postura temporal de Dios tiene bastantes mixturas y diversos grupos de adherentes.

Luego están  los agnósticos (no acerca de la existencia de Dios pero acerca de la relación de Dios con el tiempo). Juan Calvino parece tener indiferencias o por lo menos guarda distancia acerca de este tópico. Más recientemente Ronald Nash ha considerado seriamente la pregunta y concluye que él no sabe si Dios es atemporal o no [6].

En luz de este debate histórico, ¿Cómo debemos nosotros de aproximarnos a la idea de la relación de Dios con el tiempo?. ¿Realmente importa este tema? La relevancia de Dios y el tiempo tendrá que esperar para luego, ya que, esto depende de que tanto o que conclusiones podamos alcanzar. Por ahora, el aproximamiento a la pregunta inicial debe comenzar con dos preguntas vitales como puntos de partida; (1) La definición de tiempo. (2) La definición de Omnitemporalidad como alternativa a la temporalidad y atemporalidad de Dios. Luego vamos a estar equipados para examinar la relación de la Escrituras y sus implicaciones lógicas bajo este tema.


[1] Richard Rice, God’s Foreknowledge & Man’s Free Will, Bethany House Publishers, 1980, 1985, 39, 54.
[2] Clark Pinnock, “God Limits His Knowledge” in Predestination & Free Will: Four Views of Divine Sovereignty & Human Freedom, edited by David and Randall Basinger, InterVarsity Press, 1986, 143-162.
[3] Nelson Pike, God and Timelessness, Schocken Books, 1970.
[4] Stephen T. Davis, Logic and the Nature of God, William B. Eerdmans, 1983, 8-24.
[5] Thomas V. Morris, Our Idea of God, InterVarsity Press, 1991, 119-138.
[6] Ronald H. Nash, The Concept of God: An Exploration of Contemporary Difficulties with the Attributes of God, Zondervan, 1983, 73-83.

Tomado de The Trinity Foundation
Título en inglés: The Omnitemporality of God

 

photo credit: Jason A. Samfield via photopin cc

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