“Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.” (Mateo 16:18).
El texto afirma que Cristo edificará su iglesia; no instituye un organigrama civil ni un frente interreligioso. La semántica bíblica de ἐκκλησία, aunque tiene antecedentes cívicos en el griego clásico (asamblea), en el NT designa primariamente al pueblo llamado por Dios en Cristo, una comunidad de redimidos, no un ente estatal. Léxicos y estudios introductorios lo reconocen: “asamblea/congregación/iglesia”, con usos no cristianos en Hechos 19, pero en su contexto, apunta a la comunidad cristiana; nunca un edificio ni una oficina gubernamental. Esta distinción semántica es decisiva para no confundir categorías político-civiles con la realidad soteriológica y escatológica que Mateo 16:18 enuncia.
En el ecosistema de Charlie Kirk, esa distinción se desplaza: su pastor, Rob McCoy, enseña repetidamente que Jesús “no dijo iglesia, dijo ekklesía… un término secular que significa asamblea o plaza pública”, asociándolo explícitamente con “city hall” o el “espacio público”, es decir, con el Estado. Ese marco conceptual traslada el énfasis de una congregación redimida a una arquitectura cívica con el monopolio del poder, es decir, el Estado. Hay materiales de TPUSA Faith y entrevistas donde McCoy desarrolla exactamente esa tesis (Ekklesia, by Pastor Rob McCoy, Charlie Kirk, minuto 2:32).
La proyección política de esa exégesis aparece nítida cuando Kirk sostiene: “There is no separation of church and state… It’s a fabrication”, (no hay separación Iglesia-Estado; es una ficción; Video) abogando por identificar Iglesia-Estado como principio. Si “ekklesía” equivale a “plaza pública/Estado”, la conclusión lógica es una Ekklesía-Estado que pretende abarcar la totalidad del espacio civil bajo una bandera monolítica de control y poder.
Ese mismo marco explica la cómoda inclusión de aliados mormones en el proyecto. Bajo esa gramática, vemos que los aliados miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días encajan perfectamente en el proyecto de “ekklesía” siguiendo las misma definiciones tanto del pastor Rob McCoy como de Charlie. Recordemos, Kirk elogió su obra misionera ese mismo día de la tragedia y dijo en Utah,
“Me encanta cómo los mormones envían misioneros por todo el mundo, me encanta lo educados que son. La mitad de mi equipo es mormón. Los mormones son gente maravillosa. Permítanme decir que soy cristiano evangélico, pero no soy de esos que odian a los mormones ni los sueños de *Pablo sobre los mormones (*tal vez se refiere a Joseph Smith y su revelación). Video.
Además, el director de operaciones de Turning Point Action, Tyler Bowyer, es identificado como mormón, lo que ayuda a entender la sintonía organizativa y retórica en torno a “ekklesía” como empresa cívica.
El problema no es menor ni meramente terminológico. Si “ekklesía” se reinterpreta como “plaza pública/Estado”, la promesa “las puertas del Hades no prevalecerán” se convierte, por desplazamiento, en un plano de ingeniería institucional y activismo político coaligado, cuando en el pasaje es una garantía de Cristo a su pueblo redimido: una promesa soteriológica con horizonte escatológico, no una cobertura bíblica para la captura confesional del Estado ni para una alianza interreligiosa como “iglesia en la plaza pública”.
En suma: la lógica Kirk/McCoy produce una Ekklesía-Estado que normaliza sumar a los Santos de los Últimos Días dentro de una supuesta “iglesia” que puede junto gobernar la plaza pública; la exégesis del NT, en cambio, mantiene que la ekklesía que Cristo edifica es su congregación—el pueblo convocado por el Evangelio—cuyas armas y victorias no son las de la coerción estatal, sino las de la Palabra y el Espíritu.
La crítica responsable no pasa por negar la vocación pública de los cristianos, sino por rehusar una lectura que instrumentaliza Mateo 16:18 para fundir Iglesia y Estado bajo una semántica que el propio NT no hace ni lo autoriza. Este es el nacionalismo “cristiano” que nos han dejado y que conviene conocer críticamente.
