Lo que no es el Evangelio de Jesucristo

Porque hoy en día hay que defender el evangelio glorioso de Jesucristo aún de los propios “evangélicos” quienes lo distorsionan, a continuanción presentamos una serie titulada: ¿Qué es el Evangelio de Jesucristo?, deseando así que sea de bendición al pueblo de Dios.

Por John W. Robbins [1]

Nuevo-nacimientismo no es el Evangelio

Los que predican “Te es necesario nacer de nuevo” como Evangelio, están predicando un evangelio falso.

Para empezar, el nuevo nacimiento (que es bíblico) es la obra del Espíritu Santo. Es un evento que tiene lugar en el pecador. El nuevo nacimiento no es la obra perfecta de Dios en Jesucristo y no se dice que es el poder de Dios para salvación. Sin embargo, muchos predicadores ponen el nuevo nacimiento en el lugar de Jesucristo. Es un gran error presentar el nuevo nacimiento como el Evangelio.

Esto fue un error de Roma el tratar la regeneración como el Evangelio. Los pseudo-evangélicos han caído en la misma trampa. ¿Cuántas veces hemos escuchado presentar el Evangelio como; ‘Jesús vendrá a tu corazón’, o un sermón culminando con ‘Pídele a Jesús que entre en tu corazón’?

No es la venida de Jesús al corazón del pecador lo que es el Evangelio, sino la venida de Jesús al mundo y el morir en nombre de su pueblo lo que es el Evangelio.

Centrándose en el corazón humano no se está centrando en Jesucristo. Con ello, no se está predicando del evento histórico del pasado. No se está predicando la obra completa de Dios en Jesucristo a favor de pecadores. Y no se está predicando el poder de Dios para salvación. Los que se centran en el corazón humano no están predicando la poderosa fuente de santificación, sino la que es enemiga de la salvación.

La segunda venida de Cristo no es el Evangelio

Al igual que el nuevo nacimiento es algo bíblico, así la segunda venida de Jesucristo es algo bíblico. Sin embargo, al igual que el nuevo nacimiento no es el Evangelio, así la Segunda Venida de Jesucristo no es el Evangelio. El Evangelio es la información sobre un acontecimiento histórico del pasado, mientras que la Segunda Venida es el futuro advenimiento del Hijo. Así como hay muchos que están centrados en el corazón al predicar el Evangelio un aquí y ahora, así son aquellos cuyo Evangelio es el mensaje de la escatología.

Hay muchos que creen que lo que la iglesia necesita es una nueva experiencia en el corazón si es que el avivamiento está por venir. También están aquellos que creen que el secreto del avivamiento es predicar la escatología. Y por consiguiente, el corazón y el futuro se convierten en el centro de la predicación. Lo que Dios ha hecho en Cristo está subordinado a lo que Dios hará en el corazón del creyente, y lo que Dios ha hecho en el pasado a favor de pecadores se subordina a lo que Dios hará en el futuro. Cuando esto se hace, un falso evangelio se está predicando, y la santificación y la escatología les priva de su carácter bíblico.

El milenio de Cristo no es el Evangelio

En las últimas décadas ha habido un creciente interés en el postmilenialismo que enseña que los hombres sin la presencia de Jesucristo, marcará el comienzo del milenio. El milenio, como un evento futuro, o como el rapto o la Segunda Venida, no puede ser el Evangelio. Aquellos quienes están a favor de esta teoría tienden a centrarse en el milenio y las buenas obras que son requeridas para que esto ocurra. Ellos deprecian, y en algunos casos niegan, la doctrina de la justificación solo por la fe. Pero su milenio, siendo futurista, no puede ser el Evangelio.

El bautismo del Espíritu no es el Evangelio

La preocupación del movimiento carismático no es el Evangelio y mucho menos “el Evangelio completo”. La La preocupación de los carismáticos es con el Espíritu de Dios y no con Jesucristo. En búsqueda por una experiencia en el presente o una experiencia posible en el futuro, y no con un acontecimiento histórico del pasado; la preocupación de los carismáticos es con sus corazones y sus vidas, y no con el corazón y la vida de Jesucristo. La preocupación de los carismáticos no es con la obra perfecta de Dios en Jesucristo, sino con la emocionante obra de Dios en el corazón del creyente. Además, lo que los carismáticos consideran como una demostración del poder de Dios en realidad es un sustituto demoníaco para lo que Pablo llama el poder de Dios, nombrelo; el Evangelio (1 Corintios 1:18, Romanos 1:16) . 

Cualquier cosa que exhortamos o experimentamos no puede ser el Evangelio

Debido a que el Evangelio es la información sobre un acontecimiento histórico del pasado, no se puede exhortar o experimentar. Cualquier cosa que exhortamos o experimentamos no es el Evangelio. No estamos diciendo que no debemos exhortar. Estamos diciendo que cuando nosotros exhortamos no es el Evangelio.

Hay muchos, como hemos visto, que creen que el avivamiento de la iglesia se encuentra en más santificación y más experiencia profunda con Dios. Tales personas se olvidan de que el poder de Dios es el Evangelio (Romanos 1:16). La forma de llevar al pueblo de Dios en santificación es al predicar el Evangelio. Cuando nosotros exhortamos, debemos cuidar nuestra santificación de llegar a ser nunca nuestra justificación. Las iglesias se han convertido más al llamado de santificación”, lo que implica más esfuerzos humanos y más buenas obras, y todo en gran parte por los evangelios falsos que predican y que son ineficaces. Si ellos predicaran, si creyeran, en el Evangelio glorioso de Jesucristo, producirían una verdadera santificación en el pueblo de Dios, como el efecto sigue a la causa. El Evangelio, no otra cosa, es el poder de Dios para salvación.


[1] What is The gospel of Jesús Christ?, Against the Churches: The Trinity Review, 1989-1998, page 381.

photo credit: paval hadzinski via photopin cc

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