Lo que el pacto de gracia es esencialmente

A diferencia de la percepción del pacto de gracia como un “acuerdo o contrato” entre dos partes, la debida compresión del pueblo de Dios sobre el pacto de gracia debe ser que éste es en sí mismo; ese lazo de unión indivisible de compañerismo y comunión que Dios mismo goza entre los miembros de la Trinidad, y que por gracia, Él establece y garantiza con Su pueblo escogido en Cristo Jesús. A continuación algunas citas recolectadas sobre esta afirmación y énfasis en el tema del pacto de gracia:

La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén. (2 Corintios 13:14)

Lyle Bierma

Pregunta: ¿En qué consiste la felicidad humana?
Repuesta: En estar unido y tener comunión con Dios, quien es la única fuente de la felicidad.

Esta no es solo la primera pregunta y respuesta en la primera obra teológica de Gaspar Oleviano, sino también la primera clave para nosotros de su entendimiento del pacto de gracia. La felicidad de uno —él dice— conciten en la unión y comunión con Dios. El problema es que a través del pecado de Adán, la raza humana ha quebrado está unión. Dios y la humanidad de pronto llegaron a estar separados. En lugar de comunión ahora hay enemistad y alejamiento.

Sin embargo —Oleviano continua— Dios no esperó que la humanidad misma reparase la relación. De Su gran misericordia, Él tomó la iniciativa y planifico el plan de reunificarla en forma de pacto. Así como enemigos humanos se enlazarían ellos mismo y cada uno en un juramento o pacto de paz, Dios también se enlazó Él mismo a nosotros con una promesa y juramento; que Él enviaría a Su Hijo en la carne por nuestro rescate y por medio de Su sacrificio establecería una eterna paz con la humanidad. Ya que solo aquellos que son santos y puros pueden ser unidos con Él, Él removería nuestra culpa y nos purgaría de nuestras impurezas. La parte en guerra sería reconciliada en una inseparable unión con Dios.

Oleviano entendía el pacto de gracia ante todo, como una declaración de la disposición de Dios, una promesa unilateral de reconciliación por medio de Cristo Jesús. Cuando la Escritura habla del ‘pacto de Dios’, Oleviano sostenía que esto significa sobre el `juramento de Dios,’ un juramento en el cual Dios nos promete Su gracia reconciliadora y así nos une a Él mismo. No es otra cosa que ‘evangelio’ que la Escritura llama ‘el pacto de paz’ (Is. 59:21) y ‘la palabra de la reconciliación’ (2 Corintios 5:19).” [1]

Herman Bavinck

Porque según su esencia, la religión no es otra cosa que la comunión con Dios, la más profunda, interior y tierna comunión que se puede imaginar y comprender, sólo después de la comunión entre las Tres Personas de la Divinidad y la comunión entre las dos naturalezas de Cristo, es lo que la Escritura expresa en su hermosa doctrina del pacto.

Porque el pacto se refiere a ese acto de Dios mediante el cual Dios coloca al hombre creado a su imagen en relación con sigo mismo y le hace morar continuamente en su comunión. Esa comunión es más íntima y tierna que la comunión entre el marido y la mujer, entre la vid y sus ramas, entre una fundación y su superestructura. Las Escrituras difícilmente pueden encontrar palabras o metáforas suficientemente poderosas y claras para hacernos entender algo sobre esa comunión.

La postura que enseña que la gracia es meramente moral (que implica un requisito para su recepción), no sabe nada de ese tipo de religión. No tiene lugar para un pacto, sino sólo para un contrato o convenio, como el que existe entre un amo y su siervo.” [2]

Ronald Hanko

Sin embargo ya que la Escritura nos dice que el pacto es perpetuo, no puede finalizar o llegar a ser innecesario. No es el medio sino el fin (objetivo) en sí mismo. No es el camino para la salvación sino salvación en sí mismo. No es un contrato que cuando los términos son cumplidos desaparecerá, sino una bendita relación que continuará para siempre —un relación entre Dios y Su pueblo en Cristo.” [3]

David J. Engelsma

Hay evidencia bíblica penetrante y persuasiva de que el pacto de gracia establecido por Dios con su iglesia en Jesucristo es esencialmente una relación de compañerismo. Dios es su Dios, y ellos son su pueblo. Es una relación estructurada. Dios es Dios en el pacto. Él por Su gracia hace y cumple las promesas que otorgan salvación al pueblo del pacto. Él los justifica, Él da los mandamientos de Su ley para dirigirlos en el camino de una vida agradecida para que le sirvan y amen.

El pueblo del pacto son criaturas y sirvientes dependientes de Dios. Son llamados a confiar y obedecer a su Dios. Sólo en el camino de esta fe y obediencia -que son dones salvíficos de Dios, tanto como en su facultad original como en la actividad constante- ellos gozan de la comunión con Dios.

El pacto es compañerismo. Dios en Jesucristo conoce al pueblo del pacto en amor, Él mismo los atrae a sí mismo para que puedan ver Su rostro de favor, para así hablar familiarmente con ellos por y en el evangelio, y para darse a conocer a ellos y morar con ellos para vida eterna. El pueblo del pacto conoce así a su Dios.

De este modo, ellos conocen el conocimiento del amor de Dios hacia ellos, y por ende, ellos le aman, se dan a Él, hablan con Él en oración, y viven con Él en su presencia, en su casa, con la iglesia, y comparten Su vida en el Espíritu de verdad.” [4]

Herman Hoeksema

Estoy de acuerdo con Herman Bavinck cuando él afirmaba que el pacto es la esencia de la religión en el sentido de ese compañerismo con el Dios vivo. Esto es expresado más claramente y conciso cuando se mantiene que le esencia del pacto es ese compañerismo en el cual uno es partícipe por gracia divina con el Dios siempre bendecido en sí mismo. Por otra parte estoy de acuerdo con la definición de Abraham Kuyper del pacto como un acto de amistad, aunque me gustaría enfatizar esta idea insistiendo que el pacto es esencialmente esa relación o unión de amistad en la que uno es partícipe de Dios por gracia divina. Por lo tanto, el pacto es definido correctamente como esa unión viva de compañerismo entre Dios y el hombre en Jesucristo que asume la forma particular de amistad por la gracia divina.” [5]

Gordon H. Clark

“El bautismo representa el lavamiento del pecado por la sangre de Cristo. Somos bautizados en su muerte, como los Bautistas gustan repetir. Esto es verdad; pero es incompleta. Somos bautizados en el Nombre de la Trinidad, no sólo en la muerte de Cristo. [esta es la esencia y la razón del pacto de gracia; el Dios Trino].” [6]


[1] Lyle Bierma, The covenant Theology of Caspar Olevianus, páginas 63-64.
[2] Herman Bavinck, Saved by Grace, página 25. 
[3] Ronald Hanko, The Doctrine According to Godliness, páginas 62-63.
[4] David J. Engelsma, Trinity and Covenant, God as Holy Family, página 117.
[5] Herman Hoeksema, An exposition of the Heidelberg Catechism, páginas 147.
[6] Gordon H. Clark, What is the Christian life?, página 95.
[*] Notas aclaratorias del contexto entre corchetes.