Levítico 20:23: “Además, no andéis en las costumbres de la nación que yo echaré de delante de vosotros; porque ellos hicieron todas estas cosas, yo los aborrecí.
Levítico 26:30: “Y destruiré vuestros lugares altos, derribaré vuestros altares de incienso y amontonaré vuestros cadáveres sobre los cadáveres de vuestros ídolos, pues mi alma os aborrecerá.
Deuteronomio 18:12: Porque cualquiera que hace estas cosas es abominable al Señor; y por causa de estas abominaciones el Señor tu Dios expulsará a esas naciones de delante de ti.
Deuteronomio 25:16: Porque todo el que hace estas cosas, todo el que comete injusticia, es abominación para el Señor tu Dios.
Deuteronomio 32:19: Y el Señor vio esto, y se llenó de ira a causa de la provocación de sus hijos y de sus hijas.
Salmos 5:5-6: Los que se jactan no estarán delante de tus ojos; aborreces a todos los que hacen iniquidad. Destruyes a los que hablan falsedad; el Señor abomina al hombre sanguinario y engañador.
Salmos 11:5: El Señor prueba al justo y al impío, y su alma aborrece al que ama la violencia.
Salmos 37:13 El Señor se ríe de él, porque ve que su día se acerca.
Salmos 73:17-20: Cuando pensaba, tratando de entender esto, fue difícil para mí, hasta que entré en el santuario de Dios; entonces comprendí el fin de ellos. Ciertamente tú los pones en lugares resbaladizos; los arrojas a la destrucción. ¡Cómo son destruidos en un momento! Son totalmente consumidos por terrores repentinos. Como un sueño del que despierta, oh Señor, cuando te levantes, despreciarás su apariencia.
Proverbios 6:16-19: Seis cosas hay que odia el Señor, y siete son abominación para El: ojos soberbios, lengua mentirosa, manos que derraman sangre inocente, un corazón que maquina planes perversos, pies que corren rápidamente hacia el mal, un testigo falso que dice mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos.
Proverbios 16:4-5: Todas las cosas hechas por el Señor tienen su propio fin, aun el impío, para el día del mal. Abominación al Señor es todo el que es altivo de corazón; ciertamente no quedará sin castigo.
Proverbios 17:15: El que justifica al impío, y el que condena al justo, ambos son igualmente abominación al Señor.
Proverbios 22:14: Fosa profunda es la boca de las mujeres extrañas; el que es maldito del Señor caerá en ella.
Isaías 41:24: He aquí, vosotros nada sois, y vuestra obra es vana; abominación es el que os escoge.
Jeremias 12:8: Mi heredad vino a ser para mí como león en la selva; rugió contra mí; por tanto, la aborrecí.
Zacarias 11:8: Y destruí a los tres pastores en un mes, pues mi alma se impacientó con ellos y su alma también se cansó de mí.
Malaquias 1:2-5: Yo os he amado—dice el Señor—. Pero vosotros decís: ¿En qué nos has amado? ¿No era Esaú hermano de Jacob?—declara el Señor—. Sin embargo, yo amé a Jacob, y aborrecí a Esaú, e hice de sus montes desolación, y di su heredad a los chacales del desierto. Aunque Edom dice: Hemos sido destruidos, pero volveremos y edificaremos las ruinas, el Señor de los ejércitos dice así: Ellos edificarán, pero yo destruiré. Y los llamarán territorio impío y pueblo contra quien el Señor está indignado para siempre. Vuestros ojos lo verán, y vosotros diréis: Sea engrandecido el Señor más allá de la frontera de Israel.
Romanos 9:13: Tal como está escrito: A Jacob ame, pero a Esau aborreci.