La justificación, la santificación, y la Fe

Por John W. Robbins

La justificación y la santificación son beneficios los cuales Cristo ganó para su pueblo por medio de su vida, muerte y resurrección. Sin embargo, no podemos asegurar y tomar provecho de estos beneficios ni podemos participar de ellos a menos que primeramente asintamos a ellos. Somos justificados por la verdad del Evangelio. Como dijo Lutero, “El que cree poseerá todas las cosas; y el que no creyere, no poseerá nada.”

Al estar unidos a Cristo por la fe, somos justificados, pues “si la raíz es santa, también lo son las ramas” (Romanos 11:16). Y si estamos “en Cristo” estamos unidos a Él como la rama está unida a la vid y es inevitable que no seamos partícipes de su santidad.La unión con Cristo mediante la fe, por lo tanto, nos asegura los dos beneficios logrados por Él. El beneficio legal es la justificación y el beneficio moral es la santificación. Es imposible obtener uno sin el otro. Como Calvino lo escribiera:

Cristo no puede ser roto en partes, por lo que estos dos beneficios que percibimos en Él están juntos y conjuntamente inseparables, nombrelos la justicia y la santificación. Por lo tanto, a quien Dios recibe en gracia, al mismo tiempo a ellos les otorga el espíritu de adopción (Romanos 8:15), por cuyo poder divino les rehace a su propia imagen. Sin embargo, a pesar de que estos beneficios se unen a ellos por la fe, la Escritura todavía los enumera por separado con el fin de que la multiforme gracia de Dios pueda entenderse mejor para nosotros.

Entonces, ¿Por qué somos justificados por la sola fe? Porque por la fe entendemos y aceptamos la justicia de Cristo y por la cual somos reconciliados con Dios. Sin embargo, no se podía entender esto al mismo tiempo sin comprender también la santificación concedida en Él. Porque Cristo nos fue dado por justicia, sabiduría, santificación y redención” (1 Corintios 1:30). Por consiguiente Cristo no justifica a nadie a quien al mismo tiempo lo santifica. Ya que estos beneficios están unidos por un vínculo eterno e indisoluble, para que aquellos a los que Dios ilumina con su sabiduría, Él también los redime; y aquellos a los que Él redime, también los justifica; y aquellos que Él justifica, también Él los santifica.


Against The Churchers, The Trinity Review, 1989-1998. The Relationship between Justification and Sanctification, Edited by John W. Robbins pages 345. 
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