Pregunta de la semana: ¿El creyente tiene libre albedrío para cooperar con Dios en su santificación?

Ante esta pregunta de si el creyente tiene ”libre albedrío” para ”cooperar” en su santificación con Dios respondo:

El problema con estas clases de preguntas, es en sí en la forma que se plantean. Pues ”libre albedrío” para ”cooperar” con Dios presupone autonomía, y en todo caso autonomía de Dios con la cual el individuo se coloca juntamente con Dios para alcanzar un mismo fin; su santificación. Lo cual es absurdo ya de inicio (Juan 15:4-5).

Las oraciones tanto de nuestro Señor Jesucristo como las de Pablo hacia a los creyentes eran para que Dios obrase en ellos y así fuesen santificados (Juan 17:17-18, Efesios 1:17-20).

Una mejor comprensión del tema es formular la pregunta de la siguiente manera: ¿Tiene el creyente una nueva voluntad que efectúa la santificación que Dios obra en su vida? La respuesta es afirmativa, sí. Dios es quien en principio por los méritos de Cristo declara al creyente santo ante Él (1 Corintios 1:30, 1 Corintios 6:11), para luego comenzar Su obra santificadora en él por medio de Su Espíritu y Palabra de verdad (Juan 17:17, Juan 14:16-17, 26, 16:13-15), haciéndole el llamado de ser lo que ya es en principio (2 Corintios 7:1, Hebreos 2:11 dice que Dios es quien santifica y nosotros “somos santificados“).

Aquí un ejemplo que muestra que no tenemos ni libertad ni mucho menos algún obrar autónomo que coopera con la voluntad de Dios para nuestra santificación. Y que aunque Dios sí provee la salida a la tentación, no lo hace en toda tentación.

«Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado en oración por ti, Simón, para que tu fe no falle, de modo que «cuando te arrepientas» y «vuelvas a mí» fortalezcas a tus hermanos». (Lucas 22:31-32)

En base a este texto pregunto: ¿Pedro tenía ”libre albedrío” y una habilidad concedida por Dios puntual para ”cooperar” en su santificación y no negar al Señor? La respuesta es obvia, no, pues Dios tenía otros planes.

Pedro como creyente tenía una nueva voluntad en su regeneración para efectuar la santificación que Dios obraba en su vida, sin embargo a veces Dios restringe su obra santificadora para un propósito mayor y mejor y el cual es para Su gloria y que desconocemos en primera instancia. En el caso de Pedro por la Escritura sabemos que era, luego de su arrepentimiento, para fortalecer a sus hermanos en la fe (Lucas 22:32, Juan 21:15-19).

Así, por lo tanto, como creyentes; “estando convencidos precisamente de esto: [sabemos] que el que comenzó en [nosotros] la buena obra, [Él] la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús. Pues Dios es el que en [nosotros] produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.” (Filipenses 1:6, 2:13)  Por ende nos ocupamos en nuestra salvación (verso 12), a Dios sea toda la gloria!

 

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