“El valor de un hombre se demuestra al mandar, el de una mujer al obedecer… Se debe considerar que todas las clases tienen sus atributos especiales; como dice el poeta de las mujeres, ‘el silencio es la gloria de la mujer’, pero no es igualmente la gloria del hombre.” Aristóteles, Política, trad. Benjamin Jowett (repr., Los Ángeles: IndoEuropean Publishing, 2009), 17–18.
“¿Y qué pasará si les permitís… alcanzar la igualdad con sus maridos? ¿Crees que te resultarán soportables? En el mismo momento en que empiecen a ser tus iguales, serán tus superiores.” Marco Porcio Catón a (234 a. C.-149 a.C.), conocido como Catón el Viejo, fue un político, escritor y militar romano.
De ahí que la mujer no podía votar (hablar) en los aspectos familiares, religiosos y civiles.
Aquí va surgiendo el dilema: ¿o el apóstol Pablo pensaba y hablaba como un gentil de su época o nosotros por el legado que hemos recibido leemos y pensamos a Pablo como los pagamos de su época?
Por eso vemos la verdadera necesidad de reformar nuestra compresión en estos temas.
Ya hemos visto la mitología, filosofía, la visión de la ley, ahora veamos la educación.
Es claro que si bien la mujer podría aprender lo básico debía hacerlo siempre en silencio ya que el aprendizaje tenía como objetivo en la sociedad grecoromana, hacer que las mujeres fueran; “socialmente dóciles y obedientes” con el fin de “reforzar la posición dominante de los hombres en la vida pública y preservar el ánimo sedado de las mujeres modestas.” Lynn H. Cohick, Women in the World of the Earliest Christians: Illuminating Ancient Ways of Life (Grand Rapids: Baker Academic, 2009), 247.
Nada distinto en nuestra actualidad en ciertas Iglesias de corte de sana doctrina.
“Mujeres, hacer preguntas teológicas en una congregación es social y moralmente inapropiado y bajo.” Dr. Luis Contreras, Grace Community Church.