Comparto el siguiente artículo donde podemos ver ciertos errores sobre la Trinidad y el tema de liderazgo como también la ambigüedad que se maneja en estos temas en nuestros tiempos.
Aclaro, no dudo que el pastor Sugel es un excelente pastor y predicador, sólo que está haciendo el copy y paste de este tema de los círculos angloparlantes a la comunidad hispana.
https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/por-que-la-mujer-no-debe-ser-pastora-coalicionresponde/?amp
Aquí algunas cosas que es necesario resaltar. Según Sugel:
– Hay una estructura jerárquica en la Trinidad intrínseca por eso hay por creación tal estructura entre el hombre y la mujer de forma natural.
– La estructura no sólo es en el matrimonio y la iglesia sino también para la sociedad donde el hombre debe ser la autoridad y cabeza en todas estas esferas.
– Luego cuando habla de lo que puede hacer la mujer en la iglesia, dice que todo lo que el hombre que no es pastor puede hacer, ella lo puede hacer y todo esto según sus “dones de enseñanzas” y “liderazgo” que no es anulado.
– Sin embargo, eso va en contra de la misma “estructura jerárquica” que enseña Sugel incluso del mismo texto donde Pablo (y según la interpretación de Sugel) DIOS no permite tal «influencia» de una mujer sobre el hombre. Ya que un hombre no siendo pastor bien puede tener y hacerlo, no así la mujer si vamos a ser consistentes.
Aquí la ambigüedad de Sugel y compañía y a eso me refiero cuando señalo tales errrores en estos temas.
Por eso me gusta más Joel Webbon o Doug Wilson donde su patriarcalismo es consistente y en donde ellos si “anulan” tal facultad o capacidad de una mujer en poder enseñar o ser líder por el hecho de ser mujer.
Nuestra postura
En nuestra postura y ante la pregunta de ¿Puede una hermana colaboradora en el ministerio pastoral contribuir según sus dones y talentos con la enseñanza en paridad ordenada?
La respuesta es breve y sencilla, en una paridad ordenada no existe la usurpación sino el orden. La hermana tiene la libertad de, y según su ministerio y dones personales, de edificar al cuerpo de Cristo con su servicio no usurpando la responsabilidad y carga final de los primeros en servir; los ancianos.
Ese fue el caso de Pricila (Hechos 18:26) y la esposa de Estéfanas (1 Corintios 16:15-16), entre otras hermanas en la fe (Romanos 16).
Eso no le concede ser “pastora” pero si un miembro vivo del cuerpo de Cristo operando ordenadamente y en sujeción.
De este modo vemos que una hermana que colabora en el ministerio con sus dones y servicio, bien puede ser parte de la instrucción por ejemplo en las clases los Domingos en la mañana o en ciertos estudios Bíblicos. Allí ella pudiera presidir la enseñanza sin usurpar ninguna responsabilidad de nadie. En este entorno ella bien puede enseñar por ejemplo nuestra confesión de fe, sana doctrina o incluso la hermosura de la paridad ordenada.
“15 Hermanos, ya sabéis que la familia de Estéfanas es las primicias de Acaya, y que ellos se han dedicado al servicio de los santos. Os ruego que os sujetéis a personas como ellos, y a todos los que ayudan y trabajan.” (1 Corintios 16:15-16).
Añado, si hay servicio y sana doctrina nos debemos sujeción ya sea a Pablo, a Pedro, a Priscila o la esposa de Estéfanas.
Lo que debe imperar es DIOS y Su Palabra. Y lo hacemos ordenadamente dando honor a quien honor merece.
Por lo tanto, bien puede y debe una hermana colaboradora en el ministerio pastoral contribuir según sus dones y talentos con la enseñanza en paridad ordenada siempre y cuando no esté ursupando las responsabilidades de otros.