Aquí una breve reflexión educacional de Proverbios 22:6: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”
¿Cómo formamos el carácter piadoso de un hijo del Pacto? Respuesta: Analizando su comportamiento y modificándolo según la Palabra-Ley de DIOS.
Ejemplo:
Contexto: Conducta no deseada:
Un niño tiene el hábito de interrumpir continuamente las conversaciones de los padres. Este comportamiento es inconsistente con los principios de autocontrol y respeto que la Biblia nos enseña (Proverbios 13:3).
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Paso 1: Analizamos la conducta no-deseada y las consecuencias que mantienen dicho comportamiento no-deseado:
Contexto: Los padres conversan entre sí o con otra persona.
Conducta: El niño *interrumpe* hablando en voz alta o pidiendo atención inmediata.
Consecuencia: Los padres *detienen* su conversación y *responden* al niño, *reforzando* la interrupción con atención.
Aquí la atención de los padres actúa como una recompensa (reforzador) para la interrupción. Se sigue que el niño ya sabe qué hacer para adquirir la atención de sus padres.
Paso 2: Es nuestro deber buscar la estrategia para extinguir la conducta de interrupción en el niño:
Los padres deben decidir retirar la atención cuando el niño interrumpe. Esto significa que no responden al niño hasta que termine la conversación.
Advertencia: Durante la extinción, puede ocurrir un “estallido de berrinche” (el niño interrumpe con mayor frecuencia o intensidad antes de cesar) lo cual es un indicativo que se está trabajando con la conducta correcta y la que queremos extinguir; la conducta no-deseada.
Paso 3: Recompensa acompañada:
Simultáneamente, se implementa un refuerzo acompañante para moldear el comportamiento deseado:
Expectativas: El niño debe levantar la mano y esperar su turno para hablar.
Recompensa acompañada 1 (reforzador verbal): Cuando el niño espera pacientemente y no interrumpe, los padres lo elogian: “Gracias hijo por esperar pacientemente, eso es muy respetuoso de tu parte.”
Recompensa acompañada 2 (reforzador tangible): En ciertos momentos, los padres pueden ofrecer una pequeña recompensa (tiempo extra para jugar o de entretenimiento) para fortalecer el comportamiento deseado en el niño.
Nuestra responsabilidad como padres bajo el Pacto:
Los padres somos responsables ante DIOS de modelar y explicar el principio bíblico de escuchar y hablar en el momento adecuado (Proverbios 18:13). La extinción elimina gradualmente la conducta indeseada de interrupción en los niños a la vez, el refuerzo acompañante fomenta el autocontrol y el respeto, virtudes que tienen valor eterno (Proverbios 25:28).
Por último, los resultados esperados: A corto plazo: Disminución de las interrupciones. A largo plazo: Formación de un hábito consistente con el carácter cristiano, cumpliendo el llamado de instruir al niño en “su camino” para la Gloria de nuestro DIOS.