Por W. Gary Crampton [1]
Muy importante es la Ley de Dios, que según Gordon Clark, uno no puede amar a Dios o a su prójimo sin no depende de ella para hacerlo. En la teología ortodoxa amar es algo volitivo; en otras palabras, amar no es una emoción en sí. Amar a Dios consiste en una vida en obediencia a Sus mandamientos (para ello ver Juan 14:15, 21, 23; 1 Juan 2:4-5). De igual forma amar al prójimo consiste en un trato Bíblico hacia él (por ejemplo, no robarle, no odiarlo, no codiciar sus pertenencias etc.).
Así, el amor por uno mismo no puede justificar ninguna acción específica. Pues amar necesita una Ley como guía. El amor Bíblico es la Ley de Dios en acción.
“Las Escrituras nos pueden requerir a amar a Dios, pero el cómo hemos de amarle es explicado en detalle; ‘Si me amas, guarda mis mandamientos.’ Sin la instrucción especifica y detallada de los mandamientos nosotros nunca podríamos saber cómo expresar nuestro amor a Dios” [2].
[1] The Scripturalism of Gordon H. Clark, W. Gay Crampton page 77 [2] Gordon Clark, Essays on ethics and politics 170-171.