La historia de los Estados Unidos está impregnada de visiones y perspectivas que confluyen desde la fe hasta la lógica racional. Uno de los exponentes más destacados de esta interacción es James Wilson (1742–1798). Firmante de la Declaración de Independencia y uno de los jueces originales de la Corte Suprema nombrado por George Washington, Wilson ofreció una mirada reflexiva sobre el carácter y la fuente de la Ley Bíblica, que resuena en el corazón de la identidad estadounidense.
La Ley Divina a través de distintos prismas
La cita extraída de “The Works of James Wilson” proporciona una panorámica de cómo Wilson percibía la Ley de DIOS. La describió desde diferentes perspectivas: como una ley natural dada a través de la razón y el sentido moral, y como una ley revelada transmitida a través de las Sagradas Escrituras. Además, identificó cómo esta Ley se manifestaba de manera diferente según estuviera dirigida a individuos o a sociedades políticas.
Wilson, al clasificar la Ley Divina de esta manera, reconoció la complejidad y multifacética naturaleza de la Ley y, al mismo tiempo, reafirmó su origen singular: DIOS.
“Al ser promulgada por la razón y el sentido moral, ésta ha sido llamada natural. Al ser promulgada por las Sagradas Escrituras, ésta ha sido llamada la Ley Revelada. Al estar dirigida a los hombres, ésta ha sido denominada la Ley de la naturaleza. Al estar dirigida a las sociedades políticas, ésta ha sido denominada la Ley de las naciones. Pero siempre será recordado que ésta Ley, ya sea natural o Revelada, hecha para los hombres o para las naciones, proviene de la misma fuente divina: ésta es la Ley de DIOS.” (The Works of James Wilson, vol. 1, 92-93).
Los Puritanos y la Ley de DIOS
La referencia de Edwin Powers, extraída de “Crime and Punishment in Early Massachusetts”, refuerza la idea de que la percepción de la Ley como divinamente inspirada no era exclusiva de Wilson. Los puritanos, un grupo religioso fundamental en la formación temprana de América, también sostenían que la Biblia era la principal guía de razón y moralidad.
La visión puritana, al considerar la Biblia como “la verdad revelada de DIOS”, establece un paralelo con el pensamiento de Wilson. Ambos sugieren que la estructura legal y moral de la sociedad debería estar fundamentada en principios divinos, ya sea percibidos a través de la razón o transmitidos por la revelación.
“Los puritanos estadounidenses sostenían que la Biblia era la verdad revelada de DIOS y la fuente de toda razón y moralidad para toda la sociedad.” (Crime and Punishment in Early Massachusetts, 1620-1692).
Conclusión
La perspectiva de James Wilson y la tradición puritana comparten un hilo común: la creencia en una Ley de origen divino que sirve de base para la razón y la moralidad humanas. Este ideal, que enlaza la fe y la razón, es un testimonio del esfuerzo constante en la historia estadounidense por equilibrar las creencias religiosas con la gobernabilidad racional y justa. Es un recordatorio de que, en la formación de una nación, los valores espirituales y filosóficos pueden coexistir en armonía, moldeando el carácter y la dirección de su gente.