Abordaje bíblico de la salud mental: Cuerpo y alma
Como cristianos debemos ver al ser humano de manera integral, uniendo el alma y el cuerpo. Este enfoque reconoce que la persona es consciente de su existencia y de los problemas que enfrenta. En este contexto, la salud mental se aborda considerando diversos aspectos:
- Aspectos epistémicos (creencias): El modelo cristiano reconoce la importancia de las creencias en la salud mental.
- Aspectos racionales (pensamientos y coherencia): La Biblia valora la capacidad de pensar y razonar de forma coherente como parte de una salud mental integral.
- Estados de ánimo (experiencias emocionales o afectivas, hábitos y réplicas físicas): Se reconoce la influencia de las emociones, los hábitos y las respuestas físicas en el bienestar mental.
- Aspectos morales/éticos (comportamiento y conducta): La ética y la moral, desde una perspectiva bíblica, también juegan un papel importante en la salud mental.
Como cristianos también debemos analizar las limitaciones de algunos modelos psicológicos seculares al abordar la salud mental. Por ejemplo:
- Psicoanálisis: No considera la conciencia del ser humano de estar sometido a Dios y su Palabra, reduciéndolo todo a conflictos inconscientes.
- Modelo cognitivo: No aborda la raíz de los problemas humanos, que se encuentra en los actos intencionales de alejarse de Dios, reduciéndolo todo a pensamientos negativos.
- Modelo conductual: Ignora la dimensión espiritual del ser humano, como el pecado, el arrepentimiento o la relación con Dios, y lo reduce a estímulos externos para el beneficio personal.
- Enfoque neuropsicológico: Trata los problemas humanos únicamente en términos biológicos, ignorando la dimensión espiritual, reduciendo todo a la actividad neurológica del cerebro.
Veamos el Caso de Raquel (Génesis 30:1) haciendo un análisis funcional bíblico de la persona:
Situación de Raquel:
- Conducta: Raquel expresó verbalmente su frustración y desesperación a Jacob, con una demanda desesperada (“Dame hijos, o si no, me muero”).
- Pensamientos: Raquel pensó que su valor y satisfacción dependían de tener hijos, lo que la llevó a compararse con su hermana Lea, quien ya tenía varios hijos.
- Emociones: Predominaron la envidia hacia Lea (“tuvo envidia de su hermana”) y una profunda angustia que culminó en una sensación de desesperanza (“si no, me muero”).
Antecedentes de la situación de Raquel:
- Cultura de la época: En el contexto del Antiguo Testamento, la capacidad de tener hijos era vista como una bendición de Dios que aseguraba la herencia y la continuidad familiar. Raquel, al ser estéril, sentía una presión cultural y social.
- Relación familiar: La poligamia de Jacob trajo rivalidad entre Raquel y Lea, provocando sentimientos de competencia y comparación. Lea había dado a Jacob varios hijos, mientras que Raquel aún no había concebido.
- Deseo desordenado: Aunque el deseo de ser madre no es malo en sí, en el caso de Raquel se había convertido en un ídolo. Su identidad estaba arraigada en ser madre, y no en su relación con Dios.
Consecuencias de la situación de Raquel:
- Efectos relacionales: La presión ejercida sobre Jacob posiblemente generó tensión en su matrimonio. La rivalidad con Lea también se intensificó, creando un ambiente de división familiar.
- Efectos espirituales: En lugar de acudir a Dios con su carga, Raquel decidió buscar otros medios, dando a su sierva a Jacob para intentar tener hijos, mostrando una búsqueda desesperada de soluciones alternativas.
Evaluación según el Evangelio y la Palabra-Ley:
- Evaluación de la conducta: La envidia de Raquel es una violación directa del décimo mandamiento (“No codiciarás”, Éxodo 20:17). Su desesperanza mostró una falta de confianza en la soberanía y bondad de Dios.
- Llamado del Evangelio: El Evangelio llama a encontrar la identidad y el valor en Cristo, no en logros, roles o circunstancias (Colosenses 3:1-4). Raquel necesitaba recordar que su dignidad no dependía de tener hijos, sino de su posición como hija de Dios, confiando en Su plan.
Solución bíblica:
- Recordar la soberanía de Dios: Reconocer que Dios está en control de todas las circunstancias de la vida (Romanos 8:28).
- Dejar de compararse: En lugar de competir, buscar contentamiento en lo que Dios provee (Filipenses 4:11-13).
En resumen, la Biblia aborda la salud mental de forma integral, considerando siempre la unidad del cuerpo y el alma. Esto implica ver la influencia de las creencias, los pensamientos, los estados de ánimo, la conducta y la dimensión espiritual en el bienestar mental. Los análisis de casos bíblicos como el de Raquel, y la aplicación de principios del Evangelio y la Palabra de Dios proveen una guía para una salud mental plena.