Charles Hodge, la mujer y la esclavitud

Charles Hodge argumenta con una analogía, que así como a las mujeres se les privaba del derecho al autogobierno por el “bien del conjunto” de la sociedad, es necesario entonces privar a los negros de sus derechos por el bien de la sociedad.

“… porque las mujeres y los menores son juzgados como incompetentes para el debido desempeño de los deberes de la ciudadanía, por lo que son privados del derecho de sufragio… de igual modo se reconoce que los esclavos pueden ser justamente privados de los derechos políticos por razón de su incompetencia para ejercerlos sin perjuicio de la comunidad, debe admitirse por paridad de razones, que pueden ser justamente privados de la libertad personal, si son incapaces de ejercerla con seguridad para la sociedad”. Slavery, page 473 (1836).

También:

“…Hay leyes naturales que prohíben la unión de distintas razas en el mismo estado de bienestar… El efecto de la fusión de distintas razas se ve en los habitantes mestizos degradados física, intelectual y socialmente de México y América del Sur… La fusión de estas razas debe y conduce inevitablemente al deterioro de ambas. Llenaría el país con una población débil y degradada, que finalmente perecería. Porque es un hecho bien comprobado que el mulato es mucho más frágil que el hombre blanco o el negro. Leemos en los desastrosos efectos físicos de la fusión de los negros y los blancos, una clara indicación de que tal fusión es contraria a la voluntad de DIOS y, por lo tanto, no es un fin que los Estados deban facilitar de ninguna manera.”

Sobre el pensamiento de Hodge, esta publicación está enfocada en esa “analogía” de Hodge en referencia a la esclavitud. Hodge admite que la pérdida de los “derechos inalienables” de una persona, es el resultado de la institución de la esclavitud. Sin embargo, para él la privación de los “derechos naturales” no es inherentemente pecaminosa. De hecho, él argumenta con otra analogía que así como a las mujeres se les priva del derecho al autogobierno por el “bien del conjunto” de la sociedad, es necesario privar igualmente a los negros de sus “derechos” por el bien de la sociedad. Y como no se está pecando con una cosa (en el caso de las mujeres), tampoco se estaría pecando con la otra, en el caso de los esclavos.

Hodge dice:

“… en este país creemos que el bien general nos obliga a privar a todo el sexo femenino del derecho al autogobierno. Ellas no tienen voz en la formación de las leyes que disponen de sus personas y bienes. Cuando se casan, las despojamos casi por completo de una existencia legal, y les negamos algunos de los derechos de propiedad más esenciales… Nuestro alegato por todo esto es que ‘el bien de todos’ se promueve de la manera más eficaz… por lo tanto, no es suficiente, para probar la pecaminosidad de la tenencia de esclavos, mostrar que interfiere con los derechos naturales de una parte de la población”.

Ya Agustín en su tiempo sostenía por ejemplo que la única ayuda legítima y útil de la mujer al hombre es para la procreación (Comentarios a Génesis). También dijo que: “La mujer junto con el hombre son la imagen de Dios, de modo que toda la sustancia es una imagen. Pero cuando se le asigna como ayudante, lo que le corresponde solo a ella NO ES la imagen de Dios; sin embargo, en lo que concierne sólo al hombre, él es la imagen de Dios tan plena y completamente como cuando está unido a la mujer en uno.” (De Trinitate 12.7.10).

La pregunta crucial

¿No sé si puedes ver el problema? Es claro ver que la teología que «hacemos» no está divorciada de nuestros tiempos, y si queremos ser verdaderamente transformados a la imagen de Cristo, debemos reformarnos Escrituralmente y no conformarnos a posturas neciamente dichas “conservadoras” sin el hecho de ser llevadas a las Escrituras. (Aquí un título de los años 1700-1800: “Una defensa del sur contra los reproches e intrusiones del norte: en la que se muestra que la esclavitud es una institución de DIOS destinada a formar… a la permanencia de un gobierno republicano”).

Así como en el pasado tuvimos que desechar una jerarquía de razas, sin lugar a dudas, hoy como cristianos reformados tenemos que rechazar toda jerarquía de sexos que aún se mantiene en muchos círculos reformados. DIOS quiera continuar Su obra entre nosotros.

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