De la creación a la preservación de todas las cosas
Luego que Dios vio todo lo que había hecho en los días de Su creación, y que todo era bueno en gran manera (Génesis 1:31), y que “fueron, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos,” ahora vemos que Dios pasa de la creación de todas las cosas, a la preservación de todas ellas. Que Dios haya reposado en la creación en el día séptimo (Génesis 2:2) no significa que Dios haya dejado de obrar en Su creación como si la hubiese dejado a su azar. La creación en sí no tiene existencia independiente de Dios, ella depende y subsiste continuamente y en todo momento de la mano todopoderosa de Dios.
En nuestro Catecismo de Heidelberg leemos lo siguiente sobre el tema;
“¿Qué es la Providencia de Dios? Respuesta; Es el poder de Dios, omnipotente y presente en todo lugar, por el cual sustenta y gobierna el cielo, la tierra y todas las criaturas de tal manera, que todo lo que la tierra produce, la lluvia y la sequía, la fertilidad y la esterilidad, la comida y la bebida, la salud y la enfermedad, las riquezas y la pobreza, y finalmente todas las cosas no acontecen sin razón alguna como por azar, sino por su consejo y voluntad paternal.” [1]
De este modo vemos algunos puntos sobre esta doctrina, los cuales son;
- La providencia es el poder de Dios. No es meramente un poder creado que sustenta la creación en sí sino el poder mismo de Dios.
- La providencia es el poder omnipotente de Dios. Dios no sólo tiene toda la potestad sobre Su creación como el Creador que Él es sino también tiene toda Su potencia sobre ella. Lo contrario sería algo meramente vano, es decir, que Dios tiene toda la potestad sobre Su creación pero no así todo el poder sobre ella.
- La providencia es el poder omnipotente y presente en todo lugar de Dios. Decir que la voluntad de Dios está limitada por Su creación o por la voluntad del hombre es decir que la voluntad de Dios está contenida y restringida por algo que Dios mismo creó. Ya que Dios no tiene limites Su poder omnipotente está presente continuamente sin interrupción alguna en todo lugar.
Es por Su poder omnipotente y presente en todo lugar que Dios sustenta, gobierna, dispone y dirige toda Su creación de tal modo que Él es la causa del porqué todas las cosas continúan existiendo y obrando según sus propiedades y conforme al consejo eterno de Dios. Nada ocurre independientemente de la mano todopoderosa de Dios y de Sus decretos eternos (Salmo 109:27, 1 Pedro 5:6).
David J. Engelsma dice sobre el tema; “En Su providencia, Dios cuida [orgánicamente] de Su creación como buen Padre que Él es. Es de mucho significado que nuestro Catecismo de Heidelberg trate la doctrina de la providencia bajo el título de la Paternidad de Dios. Como un Padre, Dios da existencia al mundo.” [2]
Por su parte el profesor J. Van Bruggen hablando de la providencia divina dice lo siguiente; “La providencia de Dios gobierna todas las cosas para que todas estas sirvan tanto a la justicia como a la misericordia divina. La providencia divina provoca que, tanto el trigo como las malas hierbas maduren [según los decretos divinos].” [3]
En este último aspecto Juan Calvino dice; “Satanás y los malhechores no son tan efectivamente los instrumentos de Dios de manera que no actúan también a su propio favor. Pues no debemos suponer que Dios opera en un hombre injusto como si fuese una piedra o un trozo de madera sino que le usa como una criatura pensante, según la cualidad de su naturaleza, la cual Dios le ha dado. Así, cuando decimos que Dios opera en los malhechores, eso no les impide que operen para Su propio beneficio.” [4]
Algunos grupos que niegan y rechaza la providencia divina
Ahora veamos algunos grupos que niegan esta doctrina. Primeramente mencionaremos a los ateos, quienes al negar que Dios exista se sigue que nieguen también toda providencia de Dios. Otro grupo son los epicúreos, quienes sostienen que todas las cosas ocurren al azar sin ninguna intervención divina. Otro grupo serían los estoicos, quienes creen en un fatalismo total en lugar del gobierno Sabio y Soberano de Dios sobre todas las cosas y las cuales son para Su propia gloria y para el bien de los Suyos. Otro grupo son los panteistas, quienes borran la distinción entre Dios y la creación siendo Dios la creación misma, o los deitas, quienes separan a Dios de Su creación por completo. Por su parte el deismo enseña que la creación en sí funciona independientemente de Dios y que la naturaleza existe y se auto gobierna sin que Dios interfiera en ella. Y por último están los pelagianos, semi-pelagianos, los socinianos y arminianos que al defender un libre albedrío del hombre (tema que veremos luego en otra clase) niegan que Dios ejerza Su voluntad absoluta en Su creación y en la decisiones de los hombres.
Para concluir nuestro Catecismo de Heidelberg en la pregunta 28 dice;
¿Qué utilidad tiene para nosotros este conocimiento de la creación y providencia divina? Respuesta: Que en toda adversidad tengamos paciencia, y en la prosperidad seamos agradecidos y tengamos puesta en el futuro toda nuestra esperanza en Dios nuestro Padre fidelísimo, sabiendo con certeza que no hay cosa que nos pueda apartar de su amor, pues todas las criaturas están sujetas a su poder de tal manera que no pueden hacer nada sin su voluntad.
[1] David J. Engelsma, Reformed Education, página 54. [2] J. Van Bruggen, The Church Says Amen, An Exposition of the Belgic Confession, pagina 81. [3] Juan Calvino, Tratados contra los Anabaptistas y Libertinos. trad. por B. W. Farley (Grand Rapids: Baker, 1982), 245.