Serie: Dogmática Escritural, Dios y Su Palabra.
Pregunta 27: ¿Cuáles son los Atributos de Dios?
La Transcendencia de Dios
Cuando hablamos de los atributos de Dios debemos tener en cuenta ambos atributos que hemos leído anteriormente en Jeremías 23:23-24; tanto la transcendencia de Dios como Su inmanencia en Su creación. Cuando hablamos de la transcendencia de Dios debemos recordar que solo Dios es Dios, independientemente de Su creación. No hay nada ni nadie a la par ni igual a Dios, Él es sobre todas las cosas creadas. Debe ser así por la simple razón de que Él es el Creador por excelencia de todo lo que existe.
Este atributo no solo es en relación a Su creación sino también en relación a Sus propósitos sobre los nuestros. Es esto lo que precisamente Dios nos dice por medio del profeta Isaías 55:8-9; “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” Del mismo modo el apóstol Pablo nos dice en cuanto al tema; “!!Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! !!Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.” (Romanos 11:33-36). Sin embargo, porque Dios es único y simple, este atributo no niega Su inmanencia en Su creación, “Porque en Él vivimos, y nos movemos, y somos.” (Hechos 17:28).
La Omnipotencia de Dios
Dios no sólo tiene toda Su potestad sobre Su creación como el Creador que Él es sino también Dios tiene toda Su potencia sobre y en ella. Lo contrario sería algo meramente vano, es decir, que Dios tiene toda la potestad sobre Su creación pero no así todo el poder sobre y en ella. Decir que la voluntad de Dios está limitada por la voluntad del hombre o por Su creación es decir que la voluntad de Dios está contenida y restringida por Su propia creación.
Hablar de la soberanía de Dios y de Su Omnipotencia es hablar de Su voluntad, la cual es irresistible en todos los sentidos, pues lo contrario sería resaltar y elevar la voluntad de las criaturas sobre Dios mismo, lo cual es absurdo el tan solo pensar que el Omnipotente haya creado algo que limite Su propia Omnipotencia.
Esto es lo que el propio Josafat, rey de Judá, oraría ante Dios cuando dijo; “y dijo: Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien te resista?” (2 Crónicas 20:6). Como el propio Job lo diría; “Pero si él determina una cosa, ¿quién lo hará cambiar? Su alma deseó, e hizo. El, pues, acabará lo que ha determinado de mí; Y muchas cosas como estas hay en él.” (Job 23:13-14). Y el propio apóstol Pablo al decir; “Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad? Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria, a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles?” (Romanos 9:19-24).
Así, encontramos en la Escritura que Dios es Omnipotente y que Él cumple todo lo que en Su voluntad se ha propuesto hacer (Job 33:13, Salmo 115:3, Jeremías 32:17, Isaías 14:27, Daniel 4:35, Mateo 20:15, Lucas 1:37). Lo cual para el impío, debe causar terror y pavor pues tiene contra él a tal Dios Omnipotente (Hebreos 10:31), en cambio, para los hijos de Dios por medio de Jesucristo, debemos tener tremendo consuelo y seguridad de saber qué tal Dios Omnipotente está a favor nuestro (Salmo 91:1, Romanos 8:31).
Por último, cualquier cosa que pensemos que Dios pueda hacer Omnipotentemente que sea contrario a Su propio Ser y verdad, debemos pensar que lógicamente es imposible que algo así ocurra (Job 34:10).